lunes, 12 de mayo de 2014

Venecia en Tamayo.

POR SANTOS SALVADOR CUEVAS, 
Para ECOS DEL SUR

En Tamayo hubo un tiempo en que con la lluvia llegaban los temores, por la amenaza latente de que las aguas del río Yaque del Sur, al llegar el temporal "se podían meter a a la comunidad", y con ello traer las devastaciones de viviendas, negocios y predios. El último impacto de esa amenaza perenne, lo recibimos en el mes de octubre de 1998, cuando las aguas del embravecido río penetraron a Tamayo, arrasando con todo a su paso y, al descenso de las mismas, Tamayo quedó "hundido en el lodo", como secuela del famoso huracán George.

Quienes llegaron a Tamayo en solidaridad durante la parte inicial de esta "fatalidad", sacaban la rápida conclusión, de que, no bastaba la solidaridad desbordada desde toda la región, la nación y de comunidades lejanas, sino que, se imponía además, "una intervención de Estado", y así pasó, pues, unido a ese mar de gente que nos "tomó por asalto" trayendo agua, alimentos, frazadas, indumentaria, y ajuares, cuadernos, lápiz, etc. y junto con ello se dejó sentir la sensibilidad del gobierno de Leonel Fernández, de quien, no sólo se apersonaron en tiempo record sus ministros, sino que en persona llegó el mandatario a palpar aquello que le habían contado y que parecía un cuento de películas, de esas en que la comunidad al dormir es asaltada por un ejército, sólo que en esta vez de agua y por más que este enemigo daba el ataque infernal, el pueblo organiza su defensa y  resistencia para salvar la vida de una población superior entonces a las 12 mil personas; así fue como Tamayo sobrevivió aquella vez, en donde sólo un ciudadano, el difunto Oviado, hermano de Valeyó, que En Paz Descanse, pereció en aquél "combate nocturno" que se libró cuerpo a cuerpo contra la clemencia de la naturaleza.

Recuerdo que en el Comité Pro Rescate de Tamayo, en donde participábamos las organizaciones e instituciones representativas de la comunidad (Iglesias, Sindicatos, Ayuntamiento, Bomberos, Defensa Civil, grupos comunitarios, organizaciones sociales y políticas, etc), recibimos, previa consulta con el Plan Social, la llegada a los almacenes improvisados entonces, de mil neveras, mil televisores, mil estufa y montones de alimentos, que se distribuían de manera organizada a la comunidad, a través de los Comités Barriales, en cada barrio había un Comité.

La obra más importante de todas estas acciones, fue la construcción por el INDRHI del -aclamado y demandado por la comunidad- el tan necesario Muro de Gaviones, viniendo esa obra a constituir el acontecimiento que dejó en el pasado aquellos temores de que "el río se va a meter a Tamayo"

Pero, pasado los años, Tamayo nuevamente al clamar y rezar por que vengan las aguas con la lluvia, para mitigar el calor implacable y el regadío de la agricultura, principal fuente de vida municipal, lo hace de nuevo con el temor de que, aquellas aguas que antes descendían y ausentaban de la comunidad, pues, ahora se concentran y hacen estrago y dificultan la convivencia, se hace inmanejable el tránsito y la vida de sus ciudadanos vuelve a ser un infierno.
 
Con sólo unos cuantos litros de agua, ya nadie puede desplazarse.
 
Una y mil veces han llegado ingenieros a la comunidad, estableciendo que la solución al mal recurrente del agua en Tamayo está en la construcción de un sistema de canalización hidráulica, que permita que las aguas salgan sin mayores dificultades, para ello, junto a los grupos y organizaciones comunitarias, se han ubicado los puntos neurálgicos a impactar y así dejar a Tamayo vivir en paz y libre de este mal que trae consigo la naturaleza. El caso es que todo se ha quedado en promesas.

Con entusiasmo vimos el descenso hasta Tamayo del ministro actual de Obras Públicas y Comunicaciones, el muy eficiente y siempre atento, Lic. Gonzalo Castillo, quien en el mes de octubre del año 2013, dijo a la comunidad que "..Para inicio de Febrero-Marzo del 2014", se estaría abordando - "por instrucciones precisas del presidente Danilo Medina"- la solución a este problema; más, sin embargo, las lluvias han retornado, convirtiendo a Tamayo en una Venecia, por los niveles de las aguas que ya no encuentran salida. Razones tiene la Lcda. Ynes Rossó, cuando, en gesto de solidaridad con esta causa, nos dijo: "...ustedes también necesitan sus góndolas", en referencia a aquellas embarcaciones que con remos en manos usan los habitantes de Venecia en Italia para su desplazamiento.

Tamayo es un pueblo bendecido por Dios, con alto nivel organizativo y una bien elevada capacidad de resistencia y lucha. Aguardamos la sensibilidad del presente gobierno, que encabeza Su Excelencia Lic. Danilo Medina Sánchez, para que, cuanto antes, se acuda en auxilio de estos laboriosos habitantes, y así evitarnos el mal mensaje de traer las soluciones sólo después que el pueblo se levante y llegar con desesperación....y así no debe ser !

Tengo la convicción de que el Sr. Gonzalo Castillo sabrá decir presente, con soluciones bien puntuales y focalizadas en Tamayo, y tal vez poder disfrutar de la melodía que trae consigo la canción de Charles Aznavour: Venecia Sin Ti...En Tamayo!

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